Epílogo


La verdad que irrumpe desde esta obra, no es un purgatorio para intentar limpiar caminos, ni un acto de contrición piadosa, mucho menos es un espectáculo literario de la pauperización humana, sino la mirada inquieta de un poeta que espera en cualquier espesura del tiempo, el reino de la mueca rutinaria de la muerte.

Alonso Jiménez, antropólogo,
pintor y artistas plástico colombiano.

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